EL ASESINO
Como un balde de agua fría me cayó la
noticia; Richard, mi padre, había muerto. No sé cómo, ni cuando, ni por qué lo mataron,
pero de algo estaba seguro, tenía que encontrar a la persona sin corazón que lo
mató. Mi padre no merecía esto. Era un hombre justo, sin ninguna maldad en su
alma. Tan bueno, tan humilde, caritativo y que yo sepa, sin ningún enemigo.
De pronto, cortando mis pensamientos
me vino una preocupación más grande, ¿Cómo le diré a mi hermano esta desgracia
ocurrida? Él era el más aferrado a mi padre, además era el menor. Si le digo
esta horrible noticia seguro querrá matarse o se llenará de odio el inocente
corazón que tiene. Mi hermano, un joven de apenas 18 años de edad, siempre
alegre e inocente. No; no podía decírselo, malograría su vida, sus sueños, sus
aspiraciones. Estaba decidido, esta noticia no podía llegar a los oídos de mi
hermano.
Sr.
Smith, ¿puedo pasar?- preguntó doña María, la sirvienta. Adelante-
contesté. Tiene una visita del amigo de su padre, Nicolás. Él para mí era como
un tío. Una persona tan bondadosa y siempre atenta con la familia y sobretodo conmigo.
Su visita fue lo único que me alegró luego de la triste noticia.
Que pase- dije. Se abrió la puerta,
entró un hombre ya un poco viejo y por lo visto muy dolido por la pérdida de su
amigo. Hijo mío, te doy el pésame. Es una triste pérdida-me dijo al entrar. Si
tío, lo sé-le respondí.
Por cierto, el oficial Joseph me envió
una carta para ti. Me dijo que por favor la leyeras, que era un asunto serio-
agregó mi tío. De su bolsillo mi tío sacó un sobre blanco con el sello de la
policía. Por favor léelo con y cualquier cosa no pierdas la cordura, simplemente
llámame y conversaremos con el oficial al respecto, ¿Está bien?
No te preocupes tío. Mantendré la
calma- le respondí en tono tranquilo.
Ya cuando mi tío se retiró, miré el
sobre y sentí curiosidad y temor por saber que decía la carta. La abrí y
comencé a leer:
“Querido
Sr. Smith:
Lamento
decirle que no proseguiremos con el caso de su padre. No tenemos ni pruebas ni
indicios para seguir investigando.
Tratamos
de averiguar si había algún testigo justo cuando ocurrió el homicidio, mas
todas las posibles personas nos comentaron que no presenciaron tal acto, que
solo llegaron a informarse de la noticia por la gente o algún familiar cercano
de su estimado padre.
Tampoco
sabemos con exactitud donde lo asesinaron ya que encontraron su cuerpo en el
río. Por lo tanto, hemos decidido dar por cerrado el caso porque si
prosiguiéramos estaríamos “pisando en blanco” ya que no tenemos como
fundamentar nuestras suposiciones.
Por
este medio también permita darle mi más sentido pésame. Todos aquí lamentamos
la pérdida de tan valeroso hombre como su padre.
Mis
más sinceras disculpas acerca del inconveniente,
Atte.
Oficial
Joseph”
Al
terminar de leer la carta, la ira dominó mi cuerpo. El desgraciado que asesino
a mi padre fue muy astuto que no dejó rastro alguno para atraparlo. Lo tuvo
todo bien planeado.
Una botella de whisky se encontraba a
mi costado; la cogí y la arrojé contra la pared haciéndola trizas y derramando
el contenido por toda la alfombra.
Maldito seas, maldito seas- me puse a
gritar. De pronto un pensamiento fugaz vino a mi mente, la promesa que le hice
a Nicolás. Traté de calmarme, reflexione sobre el asunto y finalmente tomé mi decisión, el caso de mi padre lo
tomaría yo. Me prometí a mi mismo que llegaría a dar con el asesino de mi
padre.
Decidí empezar revisando las cosas de
mi padre. Tal vez aquí encuentre algo que
me pueda revelar si papá tenía algún enemigo- pensé. Así todo un día me dediqué
a rebuscar sus cosas con la esperanza de poder encontrar algo, pero al final
ocurrió todo lo contrario: nada, no encontré absolutamente nada.
Ya frustrado decidí por ir a descansar
cuando de la nada mi vista miró un punto en perfecto ángulo a una abertura en
la pared; si, parecía una entrada secreta. Si es lo que creo-pensé- entonces
debe haber un punto en esta habitación donde haya un botón o algo que me
permita entrar a ese compartimiento. Así que de nuevo comenzó el desorden.
Tenía que encontrar la manera de entrar a ese compartimiento secreto; tal vez
me podía revelar indicios y darme un fundamento para ya poder terminar con este
“laberinto”.
Esta vez la suerte estaba de mi lado,
llegué a encontrar mi objetivo, la clave para la extraña entrada. Pues no era
nada menos que un control especial encontrado en un libro hueco titulado “El
engaño perfecto” (raro título pero no muy revelador porque mi padre jamás me
hubiera dicho una sola mentira, aunque eso es lo que yo pienso hasta el
momento).
Opte por entrar a la famosa entrada
secreta a la mañana siguiente porque ya estaba muy cansado con todo lo que
había pasado en el día.
Ya al amanecer de la mañana siguiente,
como alrededor de las seis de la mañana, me levanté como un resorte, con un
sentimiento de intriga por saber que era lo que se encontraba en ese
compartimiento. Pero me quedé pensando ¿Por qué mi padre me habrá querido
ocultar algo?
Al apretar el botón las puertas hacia
la entrada comenzaron a abrirse. Cada vez la curiosidad se volvía más intensa.
Mis ojos se llenaban de ilusión pensando que con esta información que se
encontraba aquí me serviría de mucho para poder comenzar con las
investigaciones respectivas del caso de mi papá.
Al ver lo que estaba en la habitación,
todas mis expectativas se vinieron abajo. ¿Qué era lo que estaba ahí? Pues la
gran mayoría de la habitación era mercancía; mejor dicho, drogas. Ese hombre
ejemplar, tan caritativo, sin ninguna maldad; era una persona metida en
negocios ilícitos: era un narcotraficante.
No tenía palabras para describir el sentimiento
que sentía hacia esta faceta de la vida de mi padre que jamás había conocido.
No lo pensé dos veces y decidí llamar a Nicolás para que me pueda dar ánimos
para afrontar esta “vida oculta” que tenía Richard, mi padre.
Una llamada interrumpió. Hola, habla
Jackson- fue lo primero que dije al contestar la llamada. Buenas tardes Sr. Smith,
hablamos de la policía de Pensilvania. Lamentamos informarle que su hermano
Robert ha sido encontrado sin vida en un río muy alejado de la ciudad. Al
parecer, su hermano ha sido asesinado hoy mismo. Pero lo curioso es que al
parecer el asesino dejó una nota en su bolsillo derecho del pantalón que
portaba. Se la estoy enviando por fax. Sr. Smith se que no es un buen momento
para su familia ya que me entere que hace poco acaba de morir su padre, pero así
es mi deber y le tuve que informar sobre la muerte de su joven hermano. El
teléfono se me cayó de las manos. Ya falleció mi padre, luego mi hermano, creo
que… me quedé en blanco, pensativo y luego me quedé convencido que la siguiente
víctima de asesinato, era yo.
Un fax llegó. Era el que el oficial de
Pensilvania me había enviado; era la nota. Con miedo me acerqué a recogerla. No
tenía la suficiente valentía para verla pero la curiosidad me ganó y la leí.
Decía lo siguiente:
“Si
quieres saber qué pasó con tu hermano y tu padre y cuál es el propósito de esto;
búscame en las afueras del Royal Palace exactamente a las 8:00 de la noche.
Tendrás todas las respuestas a tus interrogantes, pero ven sólo, sino date por
muerto”
Un
escalofrío entró a mi cuerpo con la velocidad de una ráfaga de viento. Tenía
que asistir. Sabía que era una misión suicida ir, pero solo quería llegar al
propósito de todo esto que me estaba pasando. Decisión tomada, iba a asistir.
Con
toda la serenidad que podía aparentar llegué al lugar indicado. Mi reloj
marcaba las ocho de la noche exactamente. Una sombra se veía a lo lejos
acercarse. Sentía ya haber visto esa silueta antes. Efectivamente, no me
equivocaba, era mi tío. Pero ¿Qué hacía él aquí? Tal vez estaba dando sus
usuales caminatas nocturnas. Pero aquí llega la interrogante, ¿Qué le diré
cuando me pregunte que hago aquí? Pensé algo rápido pero no lo tenía claro
aunque al reaccionar ya era demasiado tarde; mi tío estaba parado al frente mío
con una mirada penetrante y a la vez una nunca vista, una mirada malévola.
Tío,
¿Qué haces aquí?-pregunté con curiosidad. Pues cite a alguien aquí- me contestó
con una sonrisa muy falsa. ¡Qué coincidencia! Justo los dos en el mismo lugar-
dije para romper el escalofriante silencio. De pronto unos hombres salieron de
los costados. Tenían mal aspecto, se notaba que eran personas de mal vivir.
Tío, creo que mejor esperamos en otro lado- dije y me acerqué a él y le
susurré- no te preocupes tío, solo son tipos de mal vivir. Alejémonos para que
no nos causen daño y ocurra una desgracia. En eso Nicolás con un movimiento
rápido me agarra del cuello y ahogándome casi me susurra al oído: Aquí la
desgracia que va a ocurrir es que te vas a enterar que tu tío, que
supuestamente tanto te adoraba, es el famoso asesino que has querido encontrar.
Todas
las funciones de mi cuerpo dejaron de funcionar. La tranquilidad de haber
encontrado a un conocido se convirtió en miedo. ¡Tú!, siempre fuiste tú a la persona
que buscaba; y pensar que eras una de las personar que más confianza tenía-
respondí con las fuerzas que me quedaban luego de quedarme estupefacto con la
noticia- todo este tiempo, siempre el asesino de mi padre y actualmente de mi
hermano estuvo a mi lado. Señor, lo matamos- preguntaron los dos muchachos que
consideraba de mal vivir. No, aún no ha llegado su hora- respondió Nicolás que
por lo visto era el jefe de esta pandilla. Chico inocente tenías que ser- habló
dirigiéndose a mí- tu padre, el hombre considerado por todos perfecto era un
simple narcotraficante que pertenecía a mi empresa. Ya que no me servía, lo
considerábamos un estorbo y se decidió mandarlo a asesinar. Desgraciado-
respondí tratando de liberarme. Grave error chiquillo inútil- respondió dándome
un golpe que terminó rompiéndome las costillas del lado derecho. Los tipos
comenzaron a reír de mi desgracia.
Ese
golpe me hizo recordar que siempre cargaba una pistola conmigo y eso me dio una
esperanza de vida. Sin pensarlo me liberé de los hombres que me tenían
sostenido y saque velozmente la pistola que se encontraba escondida en mi
pantalón y apunté hacia Nicolás y le dije: Así como tú no perdonaste la vida a
mi hermano y a mi padre yo no te la perdonaré
a ti.
Un
disparo sonó y con el volvió la paz en mi vida. Por fin había acabado con la
vida del famoso asesino, Nicolás…bueno, eso al menos yo creía.
Dejarlo en suspenso¡¡ la verdad es que así este asesino es aun mas interesante :)
ResponderEliminary la continuacion?
ResponderEliminarmuy buena la historia
Me encanto, me dejo impactada.. tiene que tener continuación
ResponderEliminarEl final me dejó atónito, de hecho tiene que tener una continuación, estoy de acuerdo con mis compañeros...
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