(Ex subalterno de la policía del Perú)
La Guerrilla Pucuta-Huancayo 1965
“Cuando uno no sabe dónde meterse para cubrirse la cabeza porque no sabe de dónde vienen los disparos, descubre a partir de entonces el terror puro..."
1. Han pasado casi 47 años desde que volviste de allí ¿lo recuerdas todos los días?
Después de 47 años no pienso en ello cada día, pero hay ciertas cosas que se suman a mis emociones. Se me preguntó hace años si la guerra me afectó y dije que no, pero sí lo hizo, y la guerra siempre estará ahí. He vivido una buena vida, pero esto tomó un cierto peaje que la gente no entiende y nunca entenderán a no ser que hayan estado allí.
2. Imagino que una experiencia tan fuerte en una persona tan joven, la marca para toda la vida. ¿Qué aspectos positivos, si es que hay alguno, destacas de tu experiencia y cómo han influido en la persona que eres?
Las tropas que sirvieron son hermanos, y eso es de lo que se trata, no las medallas o premios, para los hombres que sirvieron conmigo. Nos buscábamos unos a otros. Todos nos buscábamos y éramos como hermanos muy cercanos. Y ¿qué más cosas positivas pueden salir de una guerra?
3. ¿Cómo fue tu primera experiencia cuando embargaron en rumbo a Huancayo? ¿Qué pasó por tu mente?
Una mañana del mes de Mayo cuando prestaba servicio en la cuadra 10 de la Av. Abancay aproximadamente a las 9:00 a.m., por orden superior decidieron que todos los que estábamos en dicho lugar retornáramos a la unidad generando una preocupación colectiva. Cuando llegamos a la comandancia nos comunicaron que viajaríamos a la ciudad de Huancayo, con el fin de relevar al personal que se encontraba en ese lugar para que regresen a Lima a seguir un curso de control de disturbios por un período de tres meses aproximadamente, más adelante nos dimos cuenta que esto era sólo una mentira que luego comprobaríamos, cada uno de nosotros se dirigió a sus domicilios para comunicar a nuestras familias la orden irrevocable a la que estábamos sometidos causando una gran preocupación por la incertidumbre de todo lo acontecido, no quedaba otra cosa más que arreglar nuestras pertenencias de acuerdo a la zona donde seriamos destacados.
4. ¿Qué armamento te entregaron para que logres defenderte del enemigo y subsistir durante esos días en la selva?
Retornamos el mismo día, pasamos por armería donde me entregaron un fusil Máuser de procedencia española con 25 balas y 4 bombas lacrimógenas, luego pasamos por pagaduría donde recibí S/500.00 nuevos soles como adelanto de sueldo que serviría para poder subsistir en los días venideros.
5. ¿En qué medio de transporte los trasladaron hasta Huancayo?
El viaje fue muy divertido con mucho camaradería, yo estaba emocionado ya que por primera vez viajaba en tren me asombraba los paisajes de nuestro país, pasamos por el túnel infiernillo el cual tiene varios metros de longitud, muchos guardias empezaron a sentir mareos debido al humo que ingresaba a los vagones y el soroche traiciono al personal que no estaba acostumbrado a viajar en altura ya que pasamos por Ticlio el cual está a más de 4,800 msnm. Transcurriendo 10 horas de viaje llegaríamos a Huancayo pero primero pasaríamos por la comandancia de la zona.
6. Después de varias horas de viaje y así llegar a su destino ¿Cuál fue tu reacción al momento de bajar del tren?
Nos trasladaron a la comandancia llamada séptima región de Huancayo y pernoctamos en ese lugar hasta las 7:00 a.m., luego nos llevaron a un pueblo llamado Comas, al llegar a ese lugar me llamo mucho la atención al ver un contingente numeroso de personal listos como para una acción de guerra, la mayoría de ellos estaban armados con metralletas, revólveres y pistolas, y nosotros tan sólo con fusiles Máuser antiguos en desuso y bombas lacrimógenas, en ese preciso momento nos dimos cuenta que todo lo que nos habían dicho del relevo era una gran mentira. Al transcurrir media hora de nuestra llegada al Comando del lugar solicitaron voluntarios para trasladarse al pueblo de San Antonio, en ese momento pensé que lo mejor sería ser uno de ellos ya que el lugar no me brindaba confianza, entonces hable con mis compañeros y acordamos ser parte del grupo. Al final fuimos 24 guardias y 1 Alférez, el mismo día a las 2:00 pm salimos de Comas llegando al pueblo de San Antonio a las 5:00 pm al mando del Alférez Meléndez Vásquez.
7. El recorrido hasta San Antonio es muy agotador ¿Con que medio llegaron? ¿Qué comían en el camino? ¿Tuvieron ayuda de alguna persona?
Al día siguiente a las 8:00 am partimos en un camioncito al pueblo de San Antonio el cual nos dejó al terminar la carretera, de allí nos bajamos y tuvimos que proseguir a pie. Caminamos durante muchas horas que luego se convirtieron en días, el sol nos acompañaba cada mañana, el camino estaba rodeado de vegetación y a lo largo de nuestra caminata nos encontrábamos con lugareños que se dirigían a sus chacras.
Tratábamos de llegar siempre a un pueblo donde descansar para poder preparar nuestros alimentos y con la plata que teníamos comprábamos galletas, agua y atún, en algunas ocasiones comprábamos a los pobladores carne seca para poder seguir nuestro viaje. Muchos de ellos nos recibían con desconfianza ya que pensaban que robaríamos su comida. Pasaron muchos días y mis botines se gastaron entonces tuve la idea de hacer mis propios zapatos con el cuero de la vaca (ojota) que me sirvió para llegar hasta la hacienda Potreros, posteriormente fueron tres los pares que me sirvieron en todo el recorrido, al llegar a la hacienda el dueño del lugar nos recibió muy amablemente y ordeno preparar un carnero y chancho para el personal, en ese lugar nos quedamos 2 días, luego proseguimos el camino pero ahora en caballo que fueron prestados a cada uno de nosotros por el dueño de la hacienda, este gesto permitió llegar de una manera más rápida a nuestro objetivo: San Antonio.
8. Cuéntanos que hicieron al llegar a San Antonio:
Cuando llegamos al pueblo de San Antonio el Alférez Meléndez ordeno instalar una base para prestar servicio de vigilancia en el puente colgante Chiquia hecho por los comuneros del lugar, según sus indicaciones prestaríamos servicio por que el lugar estaba lleno de abigeos (personas que roban ganado) y que el tiempo de llegar al puente tomaba 3 horas de bajada y 6 horas de subida, el retorno tomaba más tiempo debido a que las condiciones del lugar eran muy agrestes, el primer grupo para prestar servicio fue integrado por 4 policías: Castañeda, Soto Martínez, Cofre y yo, cuando llegamos al puente encontramos a un anciano aproximadamente de 70 años él vivía al costado del mismo y cuidaba que nadie cruzara el puente con sobrepeso ya que se podía caer- años después me entere que los terroristas volaron el puente conjuntamente con el anciano. Nuestro servicio fue cubierto por 24 horas y luego nos relevaron, a las 8:00 a.m. emprendimos el retorno a la base.
9. ¿Aquella noche recibieron alguna advertencia?
Esa misma noche fui designado a prestar servicio con mis compañeros Gálvez Silvera y Valderrama Bravo; a mí me toco prestar servicio en la salida hacia el pueblo de Pucuta a Valderrama Bravo de centinela en la puerta del colegio y a Gálvez Silvera en la salida hacia Huancayo.
Eran aproximadamente las 3:00 am cuando vi salir a un hombre de la iglesia con dirección al puesto donde estaba asignado, lo raro era que su caminar era normal hasta el momento que se dio cuenta de mi presencia ya que fingió estar ebrio, cuando estaba por llegar le di la voz de alto, el obedeció a mi orden pero en ese momento me di cuenta que este hombre formaba parte de la banda que tocaba esa noche en el pueblo, cuando lo interrogue a donde se dirigía el me contesto que se iba al pueblo de Pucuta ya que era natural de la zona, siguiendo con el interrogatorio trate de conseguir información que pudiera servirnos y debido a mi insistencia me indico que todos nosotros estábamos en peligro ya que estábamos vigilados por un grupo de guerrilleros que nos vigilaban constantemente desde los cerros camino a Pucuta. Debido a la importancia de la información otorgada lo detuve para llevarlo donde estaba el Comando quedando detenido para las investigaciones.
10. ¿Cómo era cada minuto en el frente?
Continuando nuestro camino a la 1:00 p.m. hacia Pucuta llegamos a una meseta llamada Lima-Lima, en ese lugar tomamos un descanso de media hora y justo cuando nos encontrábamos subiendo hacia la puna escuchamos una ráfaga de metralleta en ese momento el Mayor grito ¡Guerrilleros!!!! y cayó muerto debido al impacto de las balas, luego nos arrojaron bombas y más disparos de metralletas a todos, estos venían desde los cerros se trataba de una emboscada comandada por el guerrillero de La Puente Uceda y Máximo Velando Gálvez, cada uno de nosotros no tenía más remedio que dispersarse y tratar de salvar nuestras vidas, estábamos en desventaja ante el poderío de su armamento, los caballos caían por el efecto de las balas y el personal estaba herido, ni el medico que nos acompañaba podía hacer algo. Lo único que atine hacer para salvar mi vida fue replegarme hacia un costado del camino conjuntamente con el cabo Ventura Huamán y Castañeda Ortiz, en ese momento nos dimos cuenta que desde un lado del cerro habían guerrilleros que nos habían visto y empezaron a disparar, por nuestra parte nos defendimos con todo lo que teníamos pero al cabo de unos segundos dispararon por la espalda al cabo Ventura Huamán las balas llegaron por la parte posterior no nos habíamos percatado que detrás de nosotros al otro lado del cerro también nos disparaban, el cabo había muerto, por ello decidí salir de ese lugar y le dije a Castañeda que me siguiera pero él se quedó….yo me tire hacia un vacío el cual no era muy profundo, desviando las balas y bombas que llegaban del cerro entre los charcos de sangre de los caballos, logre escuchar la captura del Alférez Meléndez obligándolo a que el personal se rinda, este no tuvo otra salida que acatar la orden de alto al fuego.
Yo seguía al costado del camino agazapado con la finalidad de que no fuera presa de los guerrilleros, pero momentos después escuche un ruido que venía de los cerros era una enorme roca que se desprendió debido al efecto de las bombas trayendo consigo todo lo que encontraba en su camino y se dirigía hacia el lugar donde me encontraba, lo único que pude hacer es tirarme al suelo para que no me alcanzara y no tener una muerte segura.
Al cabo de unos minutos apareció mi compañero José Soto Martínez, arrastrándose por el camino y agarrándose el pecho me reconoció inmediatamente y me entrego su metralleta la cual estaba caliente debido a los disparos que había realizado para defenderse, su estado era muy delicado ya que su ropa estaba empapada de sangre, nos refugiamos en un lugar más seguro y le preste los primeros auxilios cuando me percate que las balas le habían perforado el pecho y la cintura, emanaba sangre por la boca yo sabía que iba a morir pero le daba ánimos para que no se rindiera y luchara por su vida, debíamos seguir avanzando pero él me dijo que ya no podía más y me pidió que por favor recogiera a sus hijitas que las había dejado en Jr. Cotabamba 531 Lima y que las criara yo acepte lo que me indico, se recostó al costado del camino me miro me dio la mano y se encogió agarrando con sus manos la paja murió aproximadamente a las 5:00 pm.
Emprendí mi camino por el lado izquierdo del barranco cuando escuche una voz que me dijo: Alto!!!, ríndase suelte el arma…. yo me detuve y lentamente me retire el fusil del hombro y lo tire, luego me senté en cuclillas y me obligaron también a despojarme de mi metralleta la cual estaba sin balas, hice el ademán de querer acatar la orden pero como los guerrilleros usaban pasamontañas su visión era sólo frontal más no horizontal, esto permitió que yo pudiera tomar la decisión que salvaría mi vida, me arroje a un barranco sin medir las consecuencias ya que mi único objetivo era salvar mi vida, sólo escuche que el Jefe de los guerrilleros Máximo Velando Gálvez grito: métanle bala por los ojos!!!!!, las balas cortaban las hojas de los arboles pero yo no me movía sólo espere a que se retiraran ya que para mi suerte el lugar no permitía que pudieran verme y además estaba anocheciendo.
11. Encontrándote en un lugar desprotegido y tratando de seguir con vida ¿Cómo lograste subsistir? ¿Quiénes te hallaron?
Me quede en ese lugar esperando que amaneciera, estaba con una camisa manga corta, pantalón en buen estado pero sin zapatos, sólo ojotas, llevaba mi reloj el cuál me alumbraba y era la única luz que había en todo ese lugar, la temperatura era bajo cero, para poder mantenerme despierto y no morir por Hipotermia, me frotaba los brazos, las orejas, el cuello pero cometí el error de no frotar mis piernas. Al día siguiente me di cuenta que mi casco y la metralleta estaban cubiertos de hielo y mis piernas no respondían a mis órdenes en ese momento me invadió el pánico ya que me sentía invalido y desprotegido, alrededor de las 7:00 a.m. escuche unas voces que decían: por acá se ha escapado, yo pensé que eran los terroristas, estaba resignado a mi suerte…..el sol empezaba a mostrarse en todo su esplendor y esto permitía que mis piernas empezaran a reaccionar poco a poco, al medio día ya estaba recuperado, en ese momento decidí subir a una loma para identificar aquellas voces que había escuchado y me percate que habían civiles con ropas de campesinos pero reconocí una voz era la de mi amigo Castañeda y para asegurarme que era él lo llame por su apelativo de Pajarito, este me contesto inmediatamente y reconoció mi voz gritándome Charaposo!!!!!!, cuando escuche mi apodo supe que era él e inmediatamente me indico que bajara porque habían sido liberados, en ese momento me sentí lleno de alegría y satisfacción por lo que había escuchado, aunque muy triste por la muerte de mis compañeros que no lograron salvarse.
12. Hablemos de la vuelta a casa ¿Cómo fue?
Al día siguiente aproximadamente al medio día llego el helicóptero para recogernos, su plan era llevarnos en dos grupos: primero a la desembocadura de los ríos Ene, Apurímac y Mantaro y luego al aeropuerto de Teresita ubicado en Cuzco, al llegar a este aeropuerto nos entregaron botines a todos para continuar nuestro viaje. Nos quedamos esa noche y al día siguiente viajamos en un avión cuatrimotor hacía Ayacucho y el mismo día hacía el aeropuerto de Lima, al llegar a la ciudad nos trasladaron al Hospital de Policía para que nos presten la ayuda necesaria ya que estábamos deshidratados, los que no habíamos sido heridos nos quedamos 6 días otros se quedaron mucho más tiempo debido a la gravedad de su condición.
Gracias a Dios y a mi tenaz condición de supervivencia no fui herido de bala pero si tuve que convivir con los traumas que dejaron en mi aquella amarga experiencia de esta guerrilla inútil que cobro la vida de muchos compañeros.
"Aunque el engaño sea detestable en otras actividades, su empleo en la guerra es laudable y glorioso, y el que vence a un enemigo por medio del engaño merece tantas alabanzas como el que lo logra por la fuerza"
increible testimonio de vida, buena entrevista
ResponderEliminarel dia que escuche este testimonio me impacto y me imagine todo lo que tuvo que pasar mi abuelito en ese instante
ResponderEliminarbastante interesante esta entrevista, felicidades!!!!!!111 xd
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