domingo, 9 de noviembre de 2014

¿Se puede lograr la paz, en estos tiempos de guerra? - Gabriel Lévano

¿SE PUEDE LOGRAR LA PAZ, EN ESTOS TIEMPOS DE GUERRA?

Hoy en día vivimos en lo que podría denominarse un "sistema de guerra". Hay una cantidad de círculos viciosos y tendencias que se refuerzan mutuamente  provocando una larga serie de guerras: el nacionalismo, el racismo, las dictaduras, la corrupción, la ausencia de un derecho internacional que se pueda hacer cumplir, las carreras armamentistas fomentadas por el miedo recíproco y por la rentabilidad de las industrias militares, la influencia del dinero en la política y muchos otros factores.
No todos estos problemas son provocados intencionalmente. De hecho, pocas personas están a favor de la guerra, la pobreza, la contaminación o las violaciones a los derechos humanos. ¿Por qué hay tantos de estos casos entonces? ¿Acaso se debe al egoísmo, a la falta de visión de futuro, a los sistemas jurídicos inadecuados o simplemente a la ignorancia? Todos estos factores influyen.
Ahora quisiera sugerir algunos modos en que se puede fortalecer tanto el mantenimiento como la construcción de la paz:
La primera es el acuerdo. Una de las formas más eficaces de promover un mejor entendimiento mutuo es la cooperación en un proyecto con el que se beneficien ambas partes. Tras la Segunda Guerra Mundial, Jean Monnet encontró una forma de superar la tensión y la hostilidad que existía entre Alemania y Francia haciéndolos trabajar conjuntamente en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que con el tiempo se convirtió en la Unión Europea y que hizo prácticamente impensable otra guerra entre esos dos países. Desde luego, uno puede decir que de hecho Serbia y Croacia estaban unidas en Yugoslavia, pero eso les fue impuesto. Si se hubiera obligado a Alemania y a Francia a incorporarse a la Unión Europea, en lugar de hacerlo voluntariamente, se habrían exacerbado las tensiones en vez de aliviarlas.
La siguiente propuesta es una mejor observación. Pues se pueden cometer errores y llegar a una disputa solamente por no tomarse el tiempo de estudiar dicha situación.
La tercera propuesta  son los incentivos. Los cuales resultan muy útiles si la persona que está en tu contra se niega a desistir de sus principios.
El cuarto asunto es cómo resolver las demoras. En alguna oportunidad, el Secretario General de las Naciones Unidas hizo personalmente de mediador en disputas entre varios bandos y ayudó a evitar una guerra, pero está sobrecargado de trabajo. Debería crearse en la ONU un organismo que se ocupara de descubrir dónde se están generando tensiones y ayudara a encontrar acuerdos pacíficos antes de que terminen en una guerra.
Si después de esto igual se llega a la guerra, es porque uno de los bandos se niega a admitir su equivocación.
Cuando hablamos de paz estamos hablando de uno de los elementos más importantes para la existencia humana; hablamos de una satisfacción de las necesidades humanas materiales, espirituales, individuales y sociales; de una exclusión de fenómenos relacionados con la violencia como son la pobreza, carencias democráticas, desigualdades sociales, deterioro del medio ambiente, tensiones, conflictos, y de la eliminación también de todo tipo de imposiciones de poder, represiones, exclusiones, descalificaciones humanas y principalmente del odio entre las personas.

Todos queremos la paz o casi todos, sin embargo, ¿cuántas veces nos preguntamos qué hacemos o cómo ayudamos para que se acabe la violencia en nuestras familias, trabajos y en la sociedad en general?

Y ¿cuántas veces hacemos algo por eliminar la violencia? Para poder alcanzar un estado de paz social es imprescindible conquistar la paz individual y familiar como primer paso en este camino.

Necesitamos una educación, en cuanto a principios y valores éticos, que nos enseñe a expresar sentimientos y emociones, en especial la ira, el enfado y las frustraciones de una forma no agresiva; aprender a solucionar conflictos humanitariamente y por vías que siempre tengan como principio fundamental la paz.

Cada vez que somos violentos, que nos sentamos a ver cómo los hombres se maltratan entre sí, se enfrentan y a veces, inconscientemente, inculcan la violencia de generación en generación, siempre que agredimos a alguien verbalmente, que sentimos rencor, que no pedimos perdón y pensamos solo en nosotros, ponemos en peligro la armonía y la concordia en nuestras familias. Respetemos, amemos, seamos bondadosos y humanos, vivamos para servir y no para ser servidos, que solo así lograremos este cambio que soñamos hacia esa sociedad en la que todos, sin distinción alguna, nos demos la mano.

Es hora de que no pensemos que un grito o una mala contesta a nuestros padres o hermanos es algo insignificante, y le demos un poco más de importancia, porque, con esas actitudes violentas, nos desacreditamos totalmente como seres humanos y nos vamos autodestruyendo poco a poco.

Aprendamos a ser mansos y humildes como nos quiere Dios y excluyamos de nuestras vidas la violencia y la venganza. Seamos felices y prediquemos la paz por todos lados y en todo momento. Comencemos por nuestras familias, así estamos aportando nuestro granito de arena para que esta reine en Cuba y en el mundo.

Una vida así nos dará felicidad a nuestras vidas. Dios nos quiere libres, justos y con paz en el corazón, luchemos día a día porque este, el reino del Señor, se convierta en una realidad para todos los cubanos.

Y pese a que la guerra siempre esta presente, la paz siempre triunfa:

Salvando al soldado Ryan, que se trata de un soldado que tiene tres hermanos que fallecen en combate y el general a cargo de darle la noticia a la madre de los hermanos prefiere guardárselo y manda a rescatar al cuarto hermano, que estaba extraviado en el desembarco a la playa de Omaha, para que él pueda consolar a su madre, envía a un pelotón, que enfrenta varios obstáculos y perdidas de soldados, y cuando por fin lo encuentran, este se niega a abandonar a sus camaradas soldados y enfrentan juntos al enemigo.


Pearl Harbor, que se enfoca en dos pilotos estadounidenses muy amigos, uno de ellos tiene una relación con una enfermera de la Marina, y este al ir a una batalla aérea se le da por muerto, entonces su amigo al tratar de consolar a su novia se enamora, y cuando su amigo llega con vida a casa y se da cuenta de lo ocurrido se acaba su amistad. Más adelante ambos son tomados prisioneros de guerra y al tratar de escapar uno resulta muy herido y muere, el amigo sobreviviente regresa a casa y vuelve a tener una relación con la enfermera, pero esta vez con un hijo al que pone por nombre el de su amigo fallecido.

3 comentarios: