LO QUE HACEN LOS ADOLESCENTES FRENTE AL EMBARAZO
Si
eres adolescente, te estarás preguntando si ya es hora de empezar a tener
relaciones sexuales. ¿Pero te has preguntado si estás preparado para un
embarazo? Que no te agarren desprevenido con ese tema porque un embarazo puede
cambiarte la vida.
Al tener relaciones sexuales siempre corres el riesgo de
un embarazo. ¿Realmente lo quieres o prefieres evitarlo en este momento? ¡Qué
decisión! Tener un hijo implica un cambio de vida y una responsabilidad muy grande,
y eso puede limitar tu independencia y tu libertad.
Por eso cuando pienses en sexo, es importante que
consideres qué quieres hacer ante la posibilidad de un embarazo y que elijas un
método para el control de la natalidad (es decir, para evitar traer hijos al
mundo si no estás listo). Es mejor planear con anticipación y no que de un
momento a otro te conviertas en padre o en madre por error sólo por no haberte
preparado desde antes.
¿Qué puedes hacer para evitar un embarazo? Tienes dos
opciones: abstenerte o protegerte. La decisión es tuya y de nadie más.
Abstenerte es sin duda la forma más segura de evitar un
embarazo. Al no tener relaciones sexuales, evidentemente es imposible un
embarazo. Muchos adolescentes eligen esta opción pensando justamente que
prefieren esperar un poco más para tener relaciones sexuales… Es una decisión
de valientes que vale la pena respetar y considerar.
Si definitivamente has tomado la decisión de iniciar tu
vida sexual, pero no quieres un embarazo en tu adolescencia, tu mejor opción es
protegerte para que el sexo sea siempre una experiencia agradable y no
arriesgues tu salud ni tu futuro. Para eso existen varios métodos
anticonceptivos, pero las mejores opciones para el control de la natalidad en
los adolescentes serían las siguientes:
Ø Métodos de barrera:
Condón o preservativo masculino y femenino; los espermicidas, el diafragma, la
esponja y el capuchón cervical. Se pueden usar en combinación con otros
métodos.
Ø Métodos naturales: Son
varios y los más conocidos son el método del calendario, el método de la
temperatura basal y el coitus interruptus (interrumpir la relación sexual antes
de eyacular), entre otros. Es importante aclarar que estos métodos no te
protegen contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS) ni el virus de
inmunodeficiencia humana (VIH) y que son los que tienden a fallar con mayor
frecuencia.
Ø Anticonceptivos
orales (píldoras) o parches
Ø Anticonceptivos
inyectables e implantes
Ø Anticonceptivos
de emergencia (que como su nombre lo indica, no se recomiendan como prevención,
se usan en emergencias, cuando los métodos de prevención fallan)
Ø Dispositivos
intrauterinos en términos generales, no se recomiendan en mujeres antes de que
hayan tenido un embarazo.
Ø Vasectomía
en los hombres, en un método de esterilización, no se recomienda como algo
temporal.
Ø Ligadura
de trompas en las mujeres, es un método de esterilización, no se recomienda
como algo temporal.
Para elegir el método que más te conviene es muy
importante que consultes con tu médico. Si no tienes médico, hay varios sitios
en la lista de recursos o en clínicas en tu comunidad en donde te pueden
asesorar gratuitamente o de acuerdo a tu habilidad de pago. Y es importante que
consideres lo siguiente:
·
Nunca sabes cuándo puede suceder… así que elige
un método que sea fácil de usar y que lo puedas tener a mano en todo momento en
caso de un encuentro inesperado
·
Si no tienes una pareja estable, necesitas un
método que además te ayude a prevenir las enfermedades de transmisión sexual
(ETS) y el VIH
·
Si tienes una pareja estable, pueden elegir
entre los dos el método que van a usar, pero considera bien los riesgos pues
los noviazgos de la adolescencia no siempre son para toda la vida.
·
No tomes decisiones muy radicales con métodos
anticonceptivos que involucren cirugías o soluciones definitivas (como la
ligadura de trompas o la vasectomía). No sabes cuándo te puedes arrepentir y ya
será muy tarde.
·
Cualquier método para el control de la
natalidad que no se utiliza correctamente tiene mayor posibilidad de fallar.
El evitar un embarazo prematuro depende de ti. Si tienes
dudas, pregunta, pero no actúes sin saber.
El embarazo en la adolescencia es algo que debes tomar en serio.
Ahora si no te tomas tus precauciones lo único que te
queda es afrontar las consecuencias.
El SIDA (Síndrome de inmuno deficiencia adquirida) es
producido por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana). Es posible tener VIH
sin tener los síntomas del SIDA. En el momento que aparecen los síntomas del
virus, el sistema inmune ya está severamente dañado. Los signos y los síntomas
van desde las infecciones a varias formas de cáncer. Los virus y otras
bacterias invaden fácilmente el cuerpo de una persona infectada con SIDA,
causando problemas, que en los cuerpos de individuos sanos, no actuarían.
De acuerdo con los Centros para el Control de
Enfermedades, aproximadamente 56.300 personas en los Estados Unidos fueron
infectadas con el virus del VIH/SIDA en 2006 (el año más reciente para el cual
hay datos disponibles). De los infectados, se estima que 14.500 morirán cada
año por esta enfermedad. Aunque no hay cura para el VIH/SIDA, hay opciones de
tratamiento disponibles para ayudar a retardar la progresión de la enfermedad,
así como tratar los síntomas que se producen con una infección. Desafortunadamente,
muchas personas no pueden permitirse estos tratamientos no probados y se
diagnostican a tiempo para el tratamiento de la enfermedad.
Los términos "VIH" y "SIDA" a veces
se usan indistintamente. Sin embargo, estas dos siglas representan dos condiciones
diferentes, pero relacionadas. VIH significa virus de inmunodeficiencia humana.
El VIH causa el SIDA, acrónimo de síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Una
persona puede tener VIH sin tener SIDA: esta condición se diagnostica cuando
una persona con VIH cumple un cierto conjunto de criterios que indican un
sistema inmunológico muy debilitado. Los Centros para el Control y Prevención
de Enfermedades o CDC (por sus siglas en inglés), estiman que hay más de 1
millón de personas en los Estados Unidos que están infectadas con el VIH y
alrededor de 470.000 personas que viven con un diagnóstico de SIDA.
Una de las principales consecuencias de dejar el VIH/SIDA
sin tratar es la velocidad a la que progresará la enfermedad del VIH al SIDA.
Es posible vivir durante muchos años, incluso décadas, sin que el VIH progrese
al SIDA mediante el uso de medicamentos especialmente desarrollados. Sin
embargo, dejar el virus sin atención, da rienda suelta a hacer más daño a un
ritmo mayor. Algunas enfermedades son:
Ceguera
El citomegalovirus es una de las enfermedades más comunes
que se producen una vez que el VIH ha progresado a SIDA. Los antirretrovirales
para tratar el VIH/SIDA a menudo ayudan a prevenir una infección por
citomegalovirus. Por desgracia, sin tratamiento, el virus puede atacar a la
retina, causando retinitis. Finalmente, la retinitis puede causar ceguera
completa.
Tuberculosis
La tuberculosis (TB) también puede ocurrir si el VIH/SIDA
se deja sin tratar. La tuberculosis es una infección bacteriana que puede
causar graves daños a los pulmones y puede incluso causar la muerte. La
tuberculosis también puede dejar a un paciente con VIH/SIDA susceptible a la
meningitis.
Encefalitis
La encefalitis, también conocida como una infección
cerebral, puede ocurrir en pacientes que no están tratando su condición de
VIH/SIDA. Es más comúnmente causada por un parásito llamado toxoplasma gondii
en pacientes con SIDA, la encefalitis puede causar coma y eventualmente llevar
a la muerte si no se trata.
Otras
infecciones
No tratar el VIH/SIDA puede conducir a una serie de otras
infecciones oportunistas. Estas incluyen pero no se limitan a la malaria,
herpes, aftas complejo mycobacterium avium, y la neumonía por Pneumocystis. El
tratamiento del VIH/SIDA no garantiza que un paciente se infecte con una o más
de estas infecciones. Sin embargo, el tratamiento generalmente aumenta
considerablemente las posibilidades de supervivencia de un paciente y la recuperación
de tales infecciones.
Cómo identificar cuándo el VIH se ha convertido en SIDA
VIH significa "Virus de Inmunodeficiencia
Humana". El VIH infecta las células del sistema inmune y el sistema
nervioso central al dañar las células CD4 (también conocidas como T4 o
T-ayudantes) que juegan un papel crucial en el sistema inmunológico. Una gran
reducción en el número de estas células debilita el sistema inmune. Una persona
que tiene el VIH va perdiendo la protección de su sistema inmunológico y
comienza a experimentar problemas de salud. Estos pueden ser pequeños problemas
al principio -problemas de la piel o infecciones por hongos-, pero con el
tiempo estas enfermedades comienzas a ser más graves. La cantidad de tiempo que
tarda el VIH para comenzar a afectar a la salud de una persona varía
ampliamente de un individuo a otro. El proceso suele tardar varios años. La
infección por el VIH, por lo general, se puede dividir en cuatro etapas bien
diferenciadas: la infección primaria, la fase clínicamente asintomática, la
infección sintomática por el VIH y la progresión del VIH al SIDA.
ETAPA
1: infección
primaria por VIH Esta etapa de la infección tiene una duración de unas pocas
semanas y suele ir acompañada de una breve enfermedad de tipo gripal. Alrededor
del 20% de las personas en esta etapa tienen un síntoma suficiente para
consultar a un médico. Sin embargo, el diagnóstico de la infección por el VIH
con frecuencia no se determina durante esta visita. Durante esta etapa hay una
gran cantidad de VIH en la sangre y el sistema inmunológico comienza a
responder al virus mediante la producción de anticuerpos contra el VIH y las
células para luchar contra la infección. Este proceso se conoce como
seroconversión, que es cuando el estatus del VIH de una persona cambia de
negativo a positivo. Si una prueba del VIH se lleva a cabo antes de que la
seroconversión se haya completado, entonces puede que no aparezca aún un
resultado positivo.
Etapa
2: etapa
clínicamente asintomática Esta etapa dura un promedio de diez años y la persona
está libre de síntomas importantes, aunque puede haber inflamación de los
ganglios. El nivel de VIH en la sangre cae a niveles muy bajos, pero las
personas siguen infectada y los anticuerpos contra el VIH son detectables en la
sangre, por lo que las pruebas de anticuerpos mostrarán un resultado positivo.
ETAPA
3: infección
sintomática por el VIH Con el tiempo el sistema inmune estará gravemente dañado
por el VIH. Se cree que esto sucede debido a que los ganglios linfáticos y los
tejidos se dañan o "queman", debido a los años de actividad de la
lucha contra el virus, el VIH muta y se vuelve más fuerte y más variado, dando
lugar a una mayor destrucción de las células T-ayudantes, y el cuerpo falla
para seguir el ritmo de sustitución de las células T-ayudantes que se pierden.
A medida que el sistema inmunológico falla, una persona con VIH comienza a
desarrollar más síntomas. Al principio muchos de los síntomas son leves, pero a
medida que el sistema inmunológico se deteriora los síntomas empeoran. La
infección sintomática por el VIH es causada principalmente por la aparición de
infecciones oportunistas y cánceres que el sistema inmunológico normalmente
puede vencer. Estos pueden ocurrir en casi todos los sistemas del cuerpo. Los
ejemplos más comunes son la neumonía por Pneumocystis, el sarcoma de Kaposi, la
tuberculosis, herpes simple, Cytomegolavirus, y las infecciones por Candida
(levadura). Otros síntomas incluyen pérdida de peso o emaciación, y trastornos
del sistema nervioso y del cerebro.
ETAPA
4:
La progresión del VIH al SIDA A medida que el sistema inmune se deteriora más y
más las enfermedades que se producen son cada vez más severas lo que conduce
finalmente a un diagnóstico de SIDA. Las personas con VIH se les diagnostica el
SIDA cuando su recuento de células CD4 caen por debajo de 200 (las células CD4
son células inmunes que son dañadas por el VIH), o si desarrollan alguna de
las condiciones serias asociadas con la infección por VIH (que aparecen en la
sección anterior). Estas condiciones incluyen una serie de infecciones y
cánceres inusuales, así como graves. Es posible que alguien pueda estar muy
enfermo con VIH, pero no tenga un diagnóstico de SIDA.
El SIDA se diagnostica después de que la cantidad de
células T alcanza un nivel peligrosamente bajo y las pruebas de sangre
confirman la existencia de anticuerpos VIH, que indican la presencia del virus
en el cuerpo. Los síntomas de SIDA pueden no aparecer por 5 a 10 años después
de haberse infectado con VIH. El SIDA puede afectar todos los sistemas del
cuerpo.
Cuando el VIH utiliza el material genético de las
células, las daña haciéndolas incapaces de cumplir su función en el sistema
inmunológico. Cuantas más células CD4 o células T son dañadas, más débil se
vuelve tu sistema inmunológico. Finalmente, éste se debilita y no puede
protegerte contra las enfermedades e infecciones, lo que hace que te enfermes.
El VIH no hace que te enfermes pero debilita tu sistema inmunológico, dejando
que las enfermedades e infecciones te enfermen. Quienes padecen VIH y SIDA
generalmente son susceptibles a la tuberculosis y otros tipos de infecciones
raras en los pulmones (como neumonía carinii neumoquística, infecciones en la
superficie que cubre el cerebro, o meningitis, o el mismo cerebro o
encefalitis). El defecto inmune causado por tener muy pocas células CD4 también
permite que aparezcan algunos tipos de cáncer que son estimulados por
enfermedades virales. Algunas personas con SIDA desarrollan algunas formas de
linfoma y un tumor raro de los vasos sanguíneos llamado Sarcoma de Kaposi. Las
personas que tienen SIDA tienden a enfermarse muy seguido, especialmente si no
toman correctamente las medicaciones antivirales.
El SIDA es la etapa más avanzada del VIH. A medida que el
sistema inmunológico se deteriora, comienzan a salir a la superficie una
variedad de complicaciones. Uno de los primeros síntomas que se experimentan es
el agrandamiento de los nódulos linfáticos o "glándulas inflamadas"
que pueden agrandarse por más de tres meses. Otros síntomas a menudo experimentados
años antes del comienzo del SIDA incluyen falta de energía, pérdida de peso,
fiebre frecuente y sudor, infecciones de hongos persistentes o frecuentes (oral
o vaginal), urticaria persistente o piel escamosa, enfermedad de inflamación
pélvica que no responde al tratamiento, o pérdida de memoria a corto plazo.
El VIH/SIDA ha pasado a ser una enfermedad de los
jóvenes, puesto que los jóvenes adultos de 15 a 24 años de edad constituyen la
mitad de aproximadamente 5 millones de nuevos casos que cada año se agregan a
las infecciones con el VIH en todo el mundo. No obstante, los jóvenes suelen
carecer de la información, los conocimientos prácticos y los servicios que
necesitan para protegerse a sí mismo contra la infección con el VIH. Su
provisión tiene importancia crucial para contrarrestar la epidemia.
Según se estima, cada día unos 6.000 jóvenes se infectan
con el VIH/SIDA (uno cada 14 segundos) y la mayoría de ellos son jóvenes
mujeres. A fines de 2001, se estimaba que 11,8 millones de jóvenes de 15 a 24
años de edad estaban viviendo con el VIH/SIDA, es decir, un tercio de la
cantidad total de personas que viven con el VIH/SIDA en todo el mundo. De
ellos, sólo unos pocos tienen conocimiento de su propia reacción serológica
positiva al VIH.
LAS
NIÑAS Y LAS MUJERES SON MÁS VULNERABLES
Por razones atinentes a la biología, el género y las
normas culturales, las mujeres son más susceptibles que los varones a la
infección con el VIH. Se estima que hay 7,3 millones de jóvenes mujeres que
viven con el VIH/SIDA, en comparación con 4,5 millones de jóvenes varones. En
África al Sur del Sahara, las dos terceras partes de los jóvenes de 15 a 19
años de edad que se agregan a las filas de los infectados son mujeres. Entre
las mujeres, el máximo de la prevalencia del VIH tiende a ocurrir alrededor de
los 25 años de edad, es decir, entre 10 y 15 años antes que el máximo para los
varones.
Desde el punto de vista biológico, el riesgo de que una
mujer se infecte durante relaciones sexuales sin protección es de 2 a 4 veces
mayor que para un varón; las jóvenes mujeres son incluso más vulnerables debido
a que sus aparatos reproductores están aún en proceso de maduración y que los
desgarramientos de sus tejidos ofrecen un fácil acceso a la infección.
Asimismo, las jóvenes enfrentan más altos riesgos
sociales. Cuando tienen relaciones sexuales, tienden a predominar las
relaciones con hombres de más edad y esto aumenta las probabilidades de que sus
compañeros sexuales ya estén infectados. Algunas adolescentes están muy atraídas
hacia los “gavilanes”, hombres mucho mayores y en mejor posición económica (por
lo general, casados) que ofrecen a las niñas dinero, a cambio de relaciones
sexuales. Lo más común es que las adolescentes con actividad sexual, al menos
en África, tengan compañeros cuyas edades son entre 2 y 10 años superiores, que
les ofrecen regalos, como jabón, perfumes, comidas en restaurantes y adornos.
Algunas niñas pobres proporcionan relaciones sexuales a cambio de dinero para
pagar la matrícula escolar o ayudar a sus familias. Una vez que han entablado
relaciones con esos hombres, que son maestros, chóferes, dueños de tiendas o
incluso agentes de policía, las niñas tienen escaso poder para negociar el uso
de condones.
En la adolescencia, se tiene un patrón de comportamiento
impredecible, falta el discernimiento que viene con la edad, por lo común no
pueden apreciar las consecuencias adversas de sus actos.
Para los jóvenes,
los riesgos de presentar el VIH/SIDA puede ser difícil de comprender. Como el
VIH/SIDA tiene un largo periodo de incubación, el comportamiento arriesgado no
tiene inmediatamente consecuencias manifiestas. Al mismo tiempo, para una
persona joven los costos sociales de prevenir la infección por VIH/SIDA,
inclusive la pérdida de la relación, la pérdida de confianza y la perdida de
aceptación por parte de los compañeros puede ser un precio demasiado alto que
pagar para la mayoría de los adolescentes. Además, muchos jóvenes no están
enterados de que se entiende por comportamiento sexual arriesgado. Aún si
reconocen el riesgo de contraer el VIH/SIDA, muchos creen que ellos mismos son
invulnerables.
En estudios realizados en estudiantes, solo un 26% de
estos, varones entrevistados, se consideraban en alto riesgo de contraer el
VIH/SIDA, pese que el 48% pensaban que sus amigos estaban en alto riesgo.Muchos
adolescentes experimentan con tipos de conductas arriesgados, sin darse cuenta
de las posibles consecuencias adversas. Estos hallazgos ponen de manifiesto el
sentido distorsionado de invulnerabilidad al VIH/SIDA de muchos jóvenes. Esta
manera de sentir lleva a que muchas personas jóvenes ignoren el riesgo de
infección y por lo tanto a que no tomen precauciones.
La madurez cognoscitiva parece estar relacionada con el
comportamiento sexual mas libre de riesgo, por ejemplo, las mujeres jóvenes con
preparación académica superior tienen más probabilidad de usar anticonceptivos.
En algunos lugares donde la prevalencia de VIH/SIDA es
alta, algunas personas jóvenes no se consideran en riesgo, mientras que otros
han dicho que si se infectaran, serian otros los responsables y no ellos.
Algunos jóvenes hasta ponen en duda la existencia del VIH/SIDA.En los Estados
Unidos investigadores encontraron que los adolescentes infectados por el
VIH/SIDA tenían la probabilidad dos veces mayor que los adultos infectados y
adoptar un comportamiento de alto riesgo como practica de relaciones sexuales
sin protección y compartir con otros la agujas para inyectarse drogas.
La sexualidad produce en muchos jóvenes ansiedad y
turbación, en parte porque es común que la sociedad misma reaccione de esta
manera ante este tema. Aún los jóvenes que saben cómo protegerse contra el
VIH/SIDA suelen carecer de las aptitudes para hacerlo, la ansiedad y la
aprensión impiden a menudo que los jóvenes utilicen condones porque para ello
se requiere el conocimiento y cooperación de la pareja.
Algunos jóvenes, especialmente las mujeres corren riesgo
de contraer VIH/SIDA por tener un sentido de inferioridad o por sentirse
incómodos con su sexualidad. A menudo no creen que puedan controlar su
comportamiento sexual o anticonceptivo. Niegan que necesiten anticonceptivos o
exageran la dificultad de obtenerlos.
Los adolescentes que niegan el riesgo personal que corren
de contraer el VIH/SIDA pueden ignorar los
mensajes de prevención, descartar su importancia o pensar que ellos no son los
responsables de la protección.
Ninguna persona, ni adolecente ni niños ni adultos, debe
pasar por esto, tomemos conciencia de nuestros actos para que después no nos
arrepintamos de lo que hicimos o de lo que no hicimos, tenemos que aprender a
usar la cabeza y, aunque la mayoría de personas aprende de su errores, este es
un error del que te arrepentirás toda tu vida.
que triste que los jovenes no aprecien el valor de esta hermosa etapa, buen tema
ResponderEliminarAlgo k mayormente la gente psas con las chicas y esto nos informa mas.
ResponderEliminarahora que somos adolescentes debemos disfrutar nuestra etapa, por eso cada persona pasa por etapas en su vida ya que tener un bebe es una gran responsabilidad y muy cansado.
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